Sindrome Febril


La fiebre, además de la hipertermia produce sintomatología, en casi todos los sistemas orgánicos. Sus síntomas y signos constitutivos están relacionados con la hipertonía de la porción simpática del sistema nervioso vegetativo, que tiene una acción catabólica, inhibidora de las secreciones y vasoconstrictora.

Son: midriasis (del griego mydriasis, dilatación pupilar). Piel seca, caliente. Para apreciar la temperatura de la piel, se utiliza generalmente el dorso de los dedos de la mano. Las madres, para apreciar por el tacto la temperatura de sus pequeños prefieren la región de la frente o los costados del cuello.

En el sistema respiratorio, se comprueba un aumento del número de las respiraciones. En la fiebre hay un aumento del metabolismo y por consiguiente una mayor eliminación de CO2. Es común un ligero grado de acidosis.

En el sistema cardiovascular se comprueba: una taquicardia de 10 a 15 pulsaciones sobre lo normal con cada grado de temperatura; aumento de la velocidad de circulación de la sangre, de donde aparecen ruidos de soplo funcionales, especialmente en el foco pulmonar; acentuación de los ruidos cardiacos y de los soplos orgánicos preexistentes; la tensión arterial corre diferente suerte, según la causa en juego y el estado del miocardio, pero en general no se modifica mayormente. Existen algunos estados infecciosos, como la fiebre tifoidea, donde ocurre una estimulación del nervio vago, con disminución de la tensión arterial y de la frecuencia cardiaca (bradicardia relativa). Hay otros, por el contrario, donde una intoxicación o lesión del miocardio, provocan una taquicardia mayor a la proporcional al grado de temperatura.

En el aparato digestivo lo solito es encontrar: boca seca, lengua seca y saburral, sensación de sed, anorexia, hipo o aclorhidria, dispepsia gastrointestinal, constipación.

En algunas fiebres, suelen aparecer alrededor de la boca, algunas ampollitas, herpes (del griego herpes, yo me arrastro). Las fiebres por neumococos y meningococos son las que provocan herpes más frecuentemente. Otras veces el herpes es debido a una infección latente por un virus; la fiebre es solo el factor ocasional para su aparición.

En el sistema nervioso: Depresión o excitación mental, pudiendo llegar al delirio en las fiebres muy elevadas. A causa de sus condiciones circulatorias locales en el encéfalo, los niños, los viejos y los alcoholistas tienen tendencia a delirar, aun con fiebres relativamente baja. La misma excitación mental y los trastornos circulatorios explican la cefalea, el insomnio y el sueño intranquilo. El cansancio y la fatiga muscular se producen fácilmente en los febriles. Las convulsiones apareen especialmente en los niños o en personas predispuestas.

Sistema urinario. La orina es escasa, oliguria (del griego oligos, poco; ouron, orina), concentrada, muy coloreada, pobre en cloruros pero rica en urea y uracos, de donde forma un sedimento abundante, de color ladrillo amarillento. La concentración de la orina explica la albuminuria, cilindruria y hematuria que aparecen en las fiebres de corta duración. En las fiebres prolongadas, la albuminuria es atribuible a la tumefacción ligera de los riñones (nefrosis febril).
Naturalmente, algunas enfermedades infecciosas además de la fiebre pueden originar una inflamación del riñón (nefritis).

Metabolismo. La fiebre continuada determina adelgazamiento y pérdida de peso a causa de la anorexia, de la dispepsia gastrointestinal y el metabolismo acelerado, especialmente de las proteínas. A estos factores se suma frecuentemente la dieta alimenticia inadecuada en cantidad y calidad. Cuando la alimentación durante el periodo febril es insuficiente, además de la destrucción de las proteínas, se produce un consumo exagerado de las reservas de glucógeno y de las grasas. Si la dieta es muy pobre en hidratos de carbono, la combustión de las grasas es incompleta y se produce la acidosis.

En la sangre, la fiebre por si misma no provoca alteraciones características. Las modificaciones citológicas, especialmente de los leucocitos, dependen de la causa de la fiebre, como también de la aparición de aglutininas, etc. La velocidad de sedimentación de los eritrocitos se acelera. No es raro, un cierto grado de hemoconcentracion, Al descender la fiebre ocurre, en cambio un cierto grado de hemodilucion. Conviene recordar que en muchas enfermedades infecciosas febriles, las reacciones de Wassermann y las de precipitación, como la de Kahn y sucedáneas, pueden resultar positivas, en ausencia de sífilis, durante el periodo de fiebre y aun tiempo después, semanas, meses. (falsas reacciones de Wassermann.)
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FUENTE: PADILLA T, COSSIO P, SEMIOLOGIA GENERAL. DECIMA EDICION:53-4

Comentarios

  1. Como podemos ver el sindrome febril es evidentemente toda una bateria de signos y sintomas que pueden confundir al medico tratante, sin embargo debe conocer todos y cada uno de los elementos que componen dicho sindrome.

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