METODO HIPOTÉTICO - DEDUCTIVO

Consiste en la formulación, a partir de los primeros datos del paciente, de una lista breve de diagnósticos presutnivos y la realización de conductas adicionales (nuevas preguntas, el examen físico o estudios de laboratorio) dirigidas a reducir la lista de disgnósticos probables.
Explicando en otras palabras, al poco tiempo de empezar a escuchar al paciente, el médico genera varias hipótesis diagnósticas (por lo común tres o cuatro) que anota en un pizarrón imaginario. Sobre la base de estas hipótesis iniciales, dirige el resto del interrogatorio y el examen físico de manera de obtener nuevas evidencias que la confirmen o descarten. En este proceso continuo surgen nuevas hipótesis que reemplazan a las eliminadas y por último, dependiendo del nivel de conocimientos y de la experiencia personal, queda un número muy limitado de diagnósticos probables frente a los cuales el médico toma decisiones (solicita estudios complementarios, inicia directamente un tratamiento o no hace nada).
Casi todos los médicos con experiencia emplean la estrategia hipotético-deductiva, casi todas las veces que se enfrentan con pacientes. Sin embargo, los estudiantes de medicina la utilizan ya desde el comienzo de sus prácticas en el hospital. La diferencia entre los resultados obtenidos por ambos es cuantitativa y no cualitativa; los alumnos suelen generar más hipótesis diagnósticas y también intentan luego sustentarlas mediante el interrogatorio dirigido, aunque es aquí donde en general fallan por su falta de conocimiento y experiencia.

¿De dónde surgen las hipótesis y a qué se deben estas diferencias entre médicos experimentados y alumnos? Las respuestas a estos interrogantes estás en la forma en que funciona nuestra mente en el proceso diagnóstico. La psicología cognitiva postula que el cerebro almacena gran cantidad de datos y que éstos se "activan" a partir de procesos heurísticos. La heuristica es el arte de inventar o descubrir hechos valiéndose de hipótesis o principios que, aunque no sean verdaderos, estimulan la investigación. Funciona como un mecanismo mental inconsciente, y en medicina nos sirve para la estimación de probabilidades a partir de la experiencia previa. No todos los conocimientos se activan al mismo tiempo, sino que generamos un número limitado de hipótesis o "atajos mentales" para manejar toda la información. Hacemos esto según tres principios heurísticos:

1. Representatividad: la probabilidad de un evento se estima según cuánto se parecen las características de ese evento a las de la población relacionada. Es decir, cuánto se parecen los síntomas o signos de nuestro paciente al recuerdo que tenemos de determinada enfermedad. Por ejemplo, si nos consulta un paciente por dolor retroestternal, opresivo, desencadenado por esfuerzo, que dura minutos e irradia al brazo izquierdo, nuestros conocimientos harán que se nos represente un dolor miocárdico isquémico. Es decir, pensaremos que es muy probable que el paciente tenga una angina de pecho.

2. Disponibilidad: la probabilidad de un evento es juzgado por la facilidad con que éste se recuerda. Por ejemplo, si nos consulta un paciente por dolor epigástrico y pirosis y nos refiere una ingesta abundante de antiinflamatorios no esteroides (AINE), pensamos en enfermedad ulcerosa. La pirosis y la ingesta de AINE nos evocan fácilmente el diagnóstico de enfermedad ulcerosa.

3. Anclaje y ajuste: es la estimación inicial de la probabilidad de una enfermedad que luego se ajusta según las característias especiales del paciente para llegar a la probabilidad final. Por ejemplo, ante la consulta de un paciente por hemoptisis pensamos en que tiene una probabilidad intermedia de padecer un cáncer de pulmón. Sin embargo si nos dice que fuma 40 cigarrillos por día y ha perdido 10 Kg de peso, ajustamos nuestra estimación y concluimos que es muy probable que padezca esa enfermedad.

Todos los médicos aplican los procesos heurísticos cuando se enfrentan con un paciente e intentan descubir qué es lo que le pasa. Son los conocimientos y la experiencia los que permiten a los mejores médicos generar un número más limitado y preciso de hipótesis diagnósticas, que facilita a su vez el hallazgo del diagnóstico final correcto.

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Argente, Alvarez. Semiología Médica 1ra ed. Argentina: Panamericana; 2005. p. 35-6

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